Repsol fue la primera compañía del sector del Oil&Gas en hacer público su compromiso de ser una compañía cero emisiones netas en 2050. Esto supone uno de los mayores retos a los que la compañía deberá hacer frente en las próximas décadas y para ello ha definido un plan de transformación que supone, entre otras cosas, cambios en los orígenes de las materias primas utilizadas, desarrollo e implementación de nuevos procesos y nuevas tecnologías que nos permita poner en el mercado combustibles renovables con baja huella así como suministrar a la industria química de materias primas circulares de baja huella de carbono. Todo esto apoyándose en alianzas estratégicas que refuercen su posición en las diferentes partes de la cadena de valor, acometiendo grandes inversiones, creando tejido industrial y aportando soluciones a la reducción de emisiones del transporte y al reciclado de residuos que actualmente terminan en vertederos.