Uno de los mayores retos de la sociedad actual es preservar el planeta para futuras generaciones. Es indudable que se está produciendo un cambio climático global que está afectando a nuestros entornos geológicos y ecológicos e, incluso, a la salud de seres humanos.

El cambio climático está asociado a la gestión de las fuentes primarias de energía, especialmente, las basadas en la combustión de carbón y derivados de hidrocarburos. Estos procesos generan gases de efecto invernadero que, aparte de su toxicidad, son los responsables del rápido aumento de la temperatura media del planeta. Por lo tanto, es imperativo una gestión de la energía que se base en el uso de fuentes renovables,

no-contaminantes, y sostenibles. Para lograr este objetivo, tenemos a nuestra disposición fuentes de energía como la solar (térmica y/o lumínica), la eólica (mecánica), la geotérmica (calor), o la mareomotriz (mecánica).

Sin embargo, un inconveniente de estas fuentes de energía es su intermitencia. Frecuentemente, los picos de máxima producción no coinciden con los de mayor consumo. Para no desperdiciar esta energía es necesario dispositivos capaces de almacenarla y distribuirla en los momentos de demanda. Para lograr estos objetivos, el almacenamiento de energía en dispositivos electroquímicos es una alternativa muy eficiente. En la ponencia se hará un repaso —desde las perspectivas histórica,

social y científica— de diversos métodos de almacenamiento de energía en dispositivos electroquímicos, especialmente con baterías recargables. Asimismo, se apuntarán algunas estrategias para el uso eficiente (y barato) de estos dispositivos en la industria química.