El pasado día 13, en el marco de los actos conmemorativos por nuestro patrón. San Alberto Magno, tuvo lugar en nuestra sede la conferencia “Las dos caras de la Química”, impartida por Daniel Torregrosa.
En su interesantísima charla, Torregrosa versó su alocución en el caso del químico alemán Fritz Haber. Haber ganó el premio Nobel de Química en 1918 por el descubrimiento de la síntesis del amoniaco a través del nitrógeno del aire, lo que supuso una revolución en la fabricación de fertilizantes y, por tanto, en la mejora de la calidad y la cantidad de las cosechas.
Pero al mismo tiempo, Haber estuvo muy implicado en la I Guerra Mundial, mediante la fabricación de armas químicas como el gas mostaza, cloro o el fosgeno, las cuales fueron empleadas contra tropas francesas. Ello le costó no solo perder reputación como científico, sino que afectaría a su vida personal, con el suicidio de su primera mujer, la también química Clara Immerwahr.