Las emisiones de CO₂ son el principal problema del hidrógeno gris, pues es producido a partir de gas natural u otros hidrocarburos ligeros, como metano o gases licuados de petróleo, mediante procesos de reformado. El hidrógeno blanco se manifiesta de forma natural en el subsuelo. Tampoco requiere enormes cantidades de energía de fuentes renovables para producirlo mediante electrólisis del agua, como en el hidrógeno verde. Este es, de lejos, el método más caro y también menos eficiente.
Y su tercera ventaja es que procede de fenómenos geológicos y químicos espontáneos. En teoría, sería una fuente de energía renovable de forma natural y por tanto se podría explotar sin fin a bajo coste. Este hidrógeno en forma de gas contiene hasta 3 veces más energía que el petróleo.