El pasado 5 de enero fue un día muy gris y triste a pesar de ser el día previo de Reyes Magos. Te despiertas y te comunican por varios medios que uno de tus compañeros y amigos de toda la vida ha fallecido y, a pesar de conocer la dificultad de superar su enfermedad aun siendo cada vez más posible, jamás pensamos que podría arrebatarle la vida al ser un luchador como él. Desgraciadamente una de las malditas enfermedades de nuestra época ha podido con él, aunque ha sido un ejemplo de valor y de lucha contra la enfermedad tal y como hoy nos escribía su esposa Ana.
Fue un gran amigo, no solo mío “nos chacheábamos”, y de todos. Un gran compañero de trabajo que conocí durante una inspección interna de la Torre de Destilación de crudo de la Unidad100, cuando yo trabajaba en Repsol y él en Atisae, empresa que realizaba las inspecciones legales.
Tras unos años, en el año 1990, Manuel fue seleccionado junto con otros jóvenes para entrar a trabajar en Repsol y tuvimos la suerte de que lo destinasen al Departamento de Inspección de materiales al que yo pertenecía. Desde ese momento fuimos compañeros y todos los que allí estuvimos llegamos a formar un gran equipo de trabajo, unión que aún pervive a pesar de que otros ya tampoco están entre nosotros. Hemos vivido momentos buenos y menos gratos, pero entre todos supimos superarlos, tal y como Manolo nos decía en octubre de 2018 cuando tuvimos la comida de despedida previa a su traslado a Madrid aquí en Puertollano.
Manuel era Licenciado en Ciencias Químicas, pero no solo de carrera, sino de los convencidos de que para ser y ejercer la profesión se tenía y se debía estar colegiado, tal y como lo ha estado toda su vida. Estuvimos trabajando juntos en el Departamento de Inspección de Repsol Petróleo, ahora llamado Fiabilidad, hasta finales del año 2007, fecha en la que yo pasé a formar parte del departamento de Seguridad. Aquel cambio no nos supuso ningún tipo de alejamiento, más bien aún nos unió más.
Es en el año 2008 cuando se estaba gestando el nacimiento de Arquicma cuando, ante mi propuesta de formar parte de la Junta Directiva y a pesar de su enorme carga de trabajo, él accedió gustosamente a tal propuesta. Fue durante ocho años vicepresidente 2º de Arquicma y era la persona que durante 9 ediciones ininterrumpidas siempre iniciaba el primer día el curso de las Técnicas Básicas de Inspección, debido a sus amplísimos conocimientos en el mundo de los materiales en la industria. En el año 2018, por acuerdo de la JD de Arquicma, se le nombró socio de honor y le fue entregada la placa correspondiente, motivo de una gran alegría para todos los que le conocemos.
Manuel era una persona con la que amplié muchos temas, destacando todo lo relacionado con los materiales de las calderas en la industria gracias a su vasto conocimiento del tema. Tal era su formación y capacitación que llegó a ganarse una gran fama y ser un gran referente en el grupo Repsol. Es por eso que desde 2018 fue trasladado e incorporado a la Dirección Técnica de la Dirección de Ingeniería en Madrid, trabajando como ingeniero senior de calderería y materiales hasta el año 2020.
Desde octubre del 2018, por desgracia, no nos hemos vuelto a ver, aunque hemos mantenido muchas conversaciones gracias a las nuevas tecnologías de hoy en día, estando muy recientes las últimas felicitaciones navideñas.
Hasta siempre amigo y compañero. Descansa en Paz y permíteme una tarea para tu nueva situación: ten bien auditado y revisado el cielo donde seguro estarás junto a los compañeros que antes que tú ya lo hicieron y, cuando vayamos llegando, nos harás más fácil la estancia. Seguro que te ganarás muy pronto una gran fama y los del infierno pedirán una revisión de materiales y de calderas más ecológicas y seguro que con tu forma de ser pronto, San Pedro depositará su confianza en ti, tal y como ganaste la de todos tus jefes, compañeros y amigos.
Querido Manuel, un abrazo enorme.
Fdo.: Julián Maldonado Fernández